viernes, 15 de febrero de 2013

Entrevistando a Kossakovsky


Hace un par de días Alberto Moreno, Daniel Seguer, Adrià Sunyol y un servidor nos presentamos en el IDEC de Barcelona para entrevistar al maestro Kossakovsky, aprovechando que, por una de esas alineaciones de los planetas, se encotraba en Barcelona justo en las semanas en que, en la revista Contrapicado, nos encontramos preparando una panorámica sobre el documentalista ruso.

Poco antes de la entrevista, estuvimos un rato con él y los alumnos del máster de Documental de Creación de la Pompeu Fabra, con los que está editando un documental colectivo rodado durante los días del 15-M. En la pantalla del Mac, un hombre agitaba las manos, indignado ante la actuación policial. Kossakovsky montaba sobre estas imágenes una música clásica que hacía parecer al hombre un atribulado director de orquesta. Mientras editaba, el mismo Kossakovsky, a su vez, también agitaba los brazos, dirigiendo las imágenes en su Final Cut, y la creación de ese nuevo sentido que la música da a las imágenes; un recurso habitual en él (como cuando en Tishé convierte a los operarios de su calle de San Petesburgo en protagonistas de un slapstick gracias a editar sus imágenes junto a una música de piano).





Después de la sesión de montaje, nos colamos en una breve clase del máster, donde Kossakovsky habló a sus alumnos de la inutilidad de los pitchings (dijo que hay tantos que los comissioning editors llegan a ellos sin un céntimo en el bolsillo), de la necesidad de ser concisos y claros en sus propuestas ("people don't have time to read: in the first line of your script, you have to give me a reason to keep reading the second line") y de que escribieran propuestas de películas y no ensayos. Y también les dijo que no le hicieran caso de nada y que hagan las cosas como creen que las tienen que hacer. Se despidió de ellos diciendo que les echaría de menos, que eran la mejor clase que había tenido. Y que deberían salir todos a celebrar que se habían conocido. Buen tipo, este Kossakovksy.

Finalmente, pudimos hacer la entrevista. El tiempo no fue muy extenso, pero sí suficiente para hablar del proyecto que está llevando a cabo con los alumnos del Máster de Documental Creativo, de la diferencia entre un documental que hable de la historia y un documental que hable de la política, de lo que ocurre cuando se filman personas. Y de Sokurov, Tarkovksy y Chaplin.

En el próximo número de Contrapicado podréis encontrar la entrevista completa. Y también un artículo que he escrito sobre The Belovs (que para mí sigue siendo el documental que más me ha impactado de toda su obra, no sólo por la relación ente los dos hermanos y la acongojante discusión que capta Kossakovsky, sino también por el ambiente de aislamiento que describe en esa casa junto al río).



Mientras tanto, para quien quiera escuchar al siempre interesante y apasionado Kossakovsky (un hombre al que es mejor ver y escuchar que leer), os dejo aquí la conocida Master Class que realizó en el IDFA en el 2006 (y que uso bastante en el artículo sobre The Belovs).

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